Acaba de ocurrrir, han matado al comandante Arseny Paulov, más conocido por su apelativo de combate, «Motorola». Le han asesinado a las 21.00 (16 de octubre, 2016) hora de Donetsk, le han volado en un ascensor. Combatiente de primera hora en la resistencia del Donbás, veterano del ejército, construyó la mejor y más efectiva unidad combatiente de choque entre la milicia. Han ido liquidando uno tras otro a todos los comandantes milicianos ¿Quiénes? Pues que tengamos que hacernos la pregunta ya es de por sí indicativo de la situación. Arseny era conservador si es que se puede decir eso dada la confusa situación sobre el terreno, pero era también un antifascista. Tememos que asistamos ahora al linchamiento de su memoria, y por eso lo decimos ya, si alguna vez necesitásemos hacer frente al fascismo desatado y asesino—no quiero ni pensarlo— , ojalá tengamos a nuestro lado a personas valientes, firmes y con experiencia como Motorola. No hay palabras para calificar esto.
Sociología crítica 
Germán de la Serna
2016/10/21
«Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos», cantaba el maestro Alí Primera. Bien podría aplicarse esta frase al comandante Motorola, que, siguiendo la estela de los voluntarios internacionales que combatieron en España junto al bando republicano, marchó de su país a Ucrania para combatir al fascismo. ¿No es acaso el fascismo la negación de la vida y de todos los valores humanos? Pues aquellos que combaten contra él no pueden llamarse muertos.
Honor y eterna gloria, comandante.