[Salvador Bayarri] En pocos días hemos perdido a dos grandes de la historia de la ciencia ficción y la literatura española, primero Luis Vigil y ahora Jaime Rosal del Castillo. Este último decidió no asistir a la Hispacon 2019 pocos días antes del evento, sabiendo que su gran amigo Luis estaba muy enfermo y no podría acompañarle en el merecido homenaje a su generación de pioneros.
Este es el texto que Jaime nos envió y que fue leído en el acto de conmemoración de aquella primera Hispacón del 69.
«Veinte años no es nada, dice el tango… y cincuenta tampoco, que parece que fue ayer, cuando en el transcurso de un año aparecieron, casi simultáneamente, Nueva Dimensión, se fundó de CLA y se organizó la primera HispaCon en nuestro país. En aquella época yo estaba haciendo la mili, lo digo porque para, asistir a la convención, tenía que pedir permiso para desplazarme, permiso que no me concedieron, por lo que tuve que escaparme, después de todo era algo fácil sino te enganchaba la policía militar, pues desde Palma de Mallorca, donde tenía mi destino, a Barcelona, había a penas media hora en avión.
Eran días en los que la SF no estaba, por así decirlo, normalizada y el panorama editorial se limitaba a cuatro o cinco colecciones, en la memoria de todos, y algún que otro libro que aparecía esporádicamente en sellos no afines al género, motivo por el cual los fans compraban todo cuanto se publicaba, sin demasiadas exigencias. Así que, en un intento por divulgar una literatura de calidad, surgió la idea de reunir a todos los aficionados en Barcelona, donde hacía poco había nacido el Círculo de Lectores de Anticipación, y donde, a su vez, se editaba Nueva Dimensión, para hablar de nuestra afición, algo insólito en unos días en que para reunirte con un grupo de amigos -más de seis, si mal no recuerdo- tenías que pedir el correspondiente permiso gubernativo, pues el régimen, con la paranoia característica de todos los regímenes dictatoriales, veía enemigos de la patria en cada esquina. Así que, a pesar de haber conseguido los permisos gubernamentales correspondientes, uno a uno nos fueron cancelando todos los actos de la agenda a excepción de la representación de “Sadomáquina”, tragicomedia fantacientífica de Carlo Frabetti [a quien desde aquí envío un fuerte abrazo], porque creo que la censura no entendió un pimiento, y la cena de clausura, qué más inocente que una cena de clausura con su reparto de premios y todo, a la que no pude asistir pues me reclamaban mis deberes patrios y que, según me explicaron, fue un exitazo.
Animados por dicho éxito, si lo hubo, se debió en gran parte a la munificencia de Luis Giralt Gorina, a la sazón presidente del CLA, que abrió su bolsa sufragando la totalidad del evento. Luis, estés donde estés, recibe un fuerte abrazo. También otro Luis, bien conocido por los aficionados, el mismísimo Luis Vigil, se dejó la piel en el evento coordinando todo de cuanto coordinable había. Después se sucedieron más Hispacones que en principio debían alternarse entre Madrid y Barcelona y a las que con los años fui perdiendo la pista, más cuando Domingo Santos, empecinado editor, entonces en solitario, de Nueva Dimensión, por razones de todos sabidas tubo que echar el cierre.
Ahora, a nivel personal, a uno le hace ilusión ver que las nuevas generaciones de fans aún cuenten con los mal llamados pioneros de fandom. Yo hubiera asistido a este encuentro encantado, pero lamentablemente, por causas totalmente ajenas a mi voluntad, no me ha parecido oportuno, cuando quien debía acompañarme no se halla en condiciones de hacerlo.
Por último, solo me resta agradecer a los voluntariosos organizadores y a los asistentes muchas y muy venturosas HispaCones y rogarles que no esperen otros cincuenta años para contar con mi modesto apoyo.»
Jaime Rosal del Castillo
5 de Diciembre, 2019
Posted on 2019/12/24
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