La noticia me ha causado una gran impresión. Los frailecillos son una ave marina que siempre simbolizó para mí la inocencia de la naturaleza y su pulso por la vida, sujeta a los desmanes que hacemos los humanos.
Mi padre, un hombre curtido en el mar y en la dureza de la vida a bordo de los buques de pesca en mares lejanos, me hablaba de cómo a las rocas de la playa de Canido donde vivió de niño en los años 40, llegaban a veces los frailecillos que anidaban en la islas Cíes en su costa occidental, la que da al atlántico. Y había lágrimas en sus ojos —también una callada indignación— cuando recordaba la ignorancia y la insensibilidad de algunos que les perseguían o incluso mataban. Los frailecillos no volvieron, algunas parejas se mantuvieron en las islas, en sus acantilados más abruptos, pero la presión humana les hizo abandonar la Ría de Vigo.
Hoy la noticia es que en playas y rocas del Cantábrico han aparecido muchos cuerpos rotos de esta hermosa ave. Nuestra costa norte quizá sea el punto más al sur al que se desplazaban y, por lo que se ve, habían sabido encontrar algunos refugios en lugares aislados; lo que les haya matado no será la mano o la piedra de un bárbaro, sino más probablemente la contaminación invisible pero letal que nos rodea en mayor o menor grado. Una muerte anónima pero de la que también somos responsables.
No sé quien ha hecho la foto que publica hoy El País —no lo indica—, pero creo que ha logrado reflejar muy bien la inocencia y ternura que nos evoca el frailecillo, con esa nota de tristeza que aflora en su mirada. Ya sé que estoy proyectando, humanizando, la imagen del ave, Déjenme que lo haga así. Mejor así que con el legado de muerte que estamos difundiendo por todo el planeta. La muerte de estas aves puede representar un anuncio de la nuestra, del mundo tal y como llegó hasta nosotros y que no será el mismo cuando los que estamos aquí y ahora nos hayamos ido.
Nunca vi los frailecillos en la playa y las rocas de Canido. Los busqué siempre al asomarme al acantilado occidental de la isla do Faro en Cíes, o el Ortegal, entre cuarzos, brezos y camariñas, pero nunca los ví, siempre pensé que casí mejor así, que no se les viera y pudieran vivir sus vidas en una brecha oculta de las miradas., siempre quise creer que estaban por ahí, discretamente, a salvo. Y estaban.
Mañana quizá sólo tengamos esta foto para poder verlos.
Más de 200 frailecillos atlánticos muertos han sido hallados en las costas cantábricas en marzo. Se cree que la cifra real de víctimas podría ser de miles, ya que la mayoría se hunde en el mar.
MARTA NIETO 12/04/2011 EL PAÍS
Más de 200 frailecillos atlánticos (Fratercula arctica) han sido hallados muertos en el mes de marzo, aunque los expertos creen que el número real de víctimas podría ser de miles. Diversos estudios afirman que la proporción de aves orilladas suele rondar el 10 o el 20% del número real de aves muertas, y más en casos como este en que la mayoría de las aves se hunde antes de llegar a la costa. Aún se desconocen las causas de este fenómeno, según informa SEO/BirdLife.
La alarma saltó en Castro-Urdiales (Cantabria), donde aparecieron muertas una docena de estas aves, también conocidas como payasos de los océanos, en un tramo costero de pocos kilómetros en los primeros días de marzo. Ante esta situación se realizó una inspección por la costa y en pocos días se movilizó a más de 40 voluntarios, coordinados por los responsables del Grupo Ibérico de Aves Marinas (GIAM) en Cantabria y Asturias, y en colaboración con diversas asociaciones. El esfuerzo se concentró en Cantabria y Asturias, pero también se prospectaron playas en puntos de Galicia y el País Vasco.
El día 26 de marzo, al cierre de la recogida de datos, el total de frailecillos muertos localizados asciendía a 202 ejemplares. Entre las aves orilladas se encontraron dos anilladas, procedentes de las islas británicas.
Aunque la muerte puede deberse a causas naturales, numerosas actividades humanas representan una seria amenaza para las aves marinas, entre las que se incluyen la pesca (capturas accidentales) y la contaminación (especialmente la debida al transporte de hidrocarburos), etcétera.
Posted on 2011/04/14
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