Hoy estuve almorzando en un gran almacén en Madrid -no diré cual- junto a un compañero. Hay una zona de tiendas y en ella una heladería pequeñita. La muchacha que atendía los helados era simpática y muy bien organizada. Sus ojos eran muy expresivos y se realzaban por la mascarilla. Podría haber quedado ahí la cosa pero ocurrió que no pude evitar ver la plaquita con su nombre y resultaba que era un nombre búlgaro que yo conocía y que traducido sería algo así como Aurea y en hipocorístico o diminutivo, Aurina. Hay muchas aurinas en Asturias.
Tras pasar un rato charlando allí, el compañero y yo nos fuimos pero al pagar la consumición le dirigí a la muchacha unas palabras de cortesía en su idioma para su sorpresa. Fue un momento amable e inesperado para ella pues su idioma se habla muy poco en España salvo que seas búlgaro, claro. Yo no es que lo hable, pero para algunas cosas sencillas y educadas me apaño.
Cuando iba ya por la calle no dejé de pensar en la juventud de la muchacha y el abismo del tiempo que se abre paso, podía ser mi hija literalmente. Hace ya muchos años, no diré simplemente algunos, aprendí un poema de Peyo Yavorov de labios de alguien que tuvo un lugar en mi vida. Yavorov fue un poeta simbolista búlgaro de primeros del siglo XX que tuvo una vida atormentada como todo poeta simbolista que se precie. El poema se titula Dos hermosos ojos (DVé Jubabí Ochí), en el que el poeta pone en palabras la impresión que le deja la mirada de una jovencita; lo publicó en 1906 en una antología titulada Entre nubes y sombras. El poema lo pondré en castellano y en el original, aunque lo que procede es aprendérselo en búlgaro pues os aseguro de que suena precioso).
Dice así:
Dos hermosos ojos
Peyo Yavorov (versión al castellano: Pedro A. García Bilbao) (Y si alguien conoce una versión más acertada le ruego la comparta)
Dos hermosos ojos. Alma inocente
Dos hermosos ojos. Destellos, música.
No quieren nada, nada piden.
¡Mi alma reza por tí,
niña!
Mi alma está orando…
Pasiones y aflicciones
echarán mañana sobre ellos,
el velo del pecado y la vergüenza.
El velo del pecado y la vergüenza
no los cubrirá mañana
de pasiones y aflicción,
Mi alma está rezando,
niña!
Mi alma está rezando…
No quieren nada y no prometen…
Dos ojos hermosos: destellos, música.
Dos hermosos ojos. Alma inocente
Y en búlgaro:
Две хубави очи.
Две хубави очи. Душата на дете
Dvé jubabí ochí, dusatá na deté ………
в две хубави очи; – музика – лъчи
Не искат и не обещават те…
Душата ми се моли,
дете,
душата ми се моли!
Страсти и неволи
ще хвърлят утре върху тях
булото на срам и грях.
Булото на срам и грях –
не ще го хвърлят върху тях
страсти и неволи.
Душата ми се моли,
дете,
душата ми се моли…
Не искат и не обещават те! –
Две хубави очи. Музика, лъчи
в две хубави очи. Душата на дете…
Se podrán discutir algunos aspectos de la traducción (лъчи son rayos o destellos de luz pero puede ser amanecer; alma de un niño puede ser traducido en castellano por una sola palabra como ingenuo o inocente -sinónimos de niño o infancia), pero el sentido es ese. Al poeta le impresiona la pureza de la mirada de la niña, ve en ella el alma de la infancia, la luz pura de la alborada y música, ve que nada piden y su alma reza para que esos ojos no sufran el dolor y la aflicción que pasiones y vergüenza volcaran sobre ellos. Eso es lo que expresa Yavorov, un hermoso deseo hacia la niña de hermosos ojos. Yo, que no soy poeta, le deseo de todo corazón a esa muchacha que le vaya bien y que su corazón no sufra y no pierda esa música y esa luz que hoy me deslumbraron.
Algunas versiones
Posted on 2021/02/27
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