Primavera en Valencia / Los estudiantes valencianos ofrecen una clase magistral para indignados / Nega

Posted on 2012/02/22

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Los estudiantes valencianos ofrecen una clase magistral para indignados

Salimos del metro y en la misma escalinata de salida llueven porrazos y se suceden las carreras y cargas. El escenario del centro de Valencia a las cinco de la tarde es dantesco: carreras, pisotones, cargas indiscriminadas en cada calle, en cada esquina. La indignación es generalizada entre mayores y transeúntes. ¡Pero que son niños! Gritan algunos padres y profesores.

Los «niños» vuelven a cortar la calle, la policía carga de nuevo, así sucesivamente. Cada vez hay más mayores que se suman a la indignación. A las seis comienza la charla en la facultad de Filología y Comunicación: Periodismo y Contrainformación. Pablo Iglesias Turrión ofrece una clase magistral, seguido de Javier Parra, al poco de comenzar mi intervención entra un alumno acalorado y a gritos proclama que están cortando Blasco Ibañez y la policía está cargando. Pregunto a la concurrida audiencia si bajamos. Más de lo mismo en Universidades. Cortes de calle, cargas, pisotones, pero esto ya no son niños. La policía carga de nuevo y nos refugiamos en la facultad de historia. Arden contenedores en Blasco Ibañez. El fuego ilumina la larga noche valenciana, hipnótico, deforme. Se produce una asamblea improvisada en el interior de la facultad. Volvemos a casa a cargar las baterías y a por la cámara.

A nuestro regreso a la asamblea ya están ahí, ellos también han regresado. Pretenden hacerse con el mando, ya están con su streaming y moviendo las manitas en lugar de aplaudir. Los gilipollas de siempre, los de tenemos que ser como Gandhi, los de ponte en posición fetal cuando recibas la carga porque tu misión es recibir hostias como panes, los de hay que crear grupos de trabajo y comisiones: los 15Memos. Algunos hartos, les responden que estamos reproduciendo los mismos esquemas del 15M: enredarnos en la burocratización de la lucha hasta el absurdo. Después de una mediocre exposición en torno a la no violencia y cómo recibir hostias de la mejor manera posible, levanto el brazo. Se hace el silencio. Pregunto: ¿Y si queremos ser como en Grecia? Aplausos. Algunos tímidos (cuesta romper el monopolio de las ideas) otros convencidos.

Esta vez no lo vais a conseguir. Tuvisteis vuestro momento de gloria pero ya pasó. Los estudiantes de secundaria de Valencia nos han dado un lección de madurez terrible e inconmensurable; sin batucadas, sin repartir flores, sin eslóganes ingeniosos, sin comisiones de yoga, sin convertir las plazas en mercaditos medievales, sin malabares. Sencillamente cortando calles y bloqueando el centro de Valencia y poniendo su endeble cuerpo frente a la barbarie policial. Su inocencia es pureza en la lucha, detrás de ellos no hay luchas intestinas ni de partidos, ni de sindicatos ni conspiranoicos-trevijano-reptilianos con ganas de hacerse con las riendas, sólo es que pasan frío en las aulas y salen a protestar. Quizá por ello los estudiantes valencianos han ofrecido una clase magistral de política para indignados y despistados. Están escribiendo la historia y han demostrado, en tan solo cuatro días, tener más agallas que todo el 15M junto.

La primavera en Valencia ya ha comenzado.