El tener una familia, no ya solo la de origen pues sin ella sencillamente es que ni existiríamos, es una de las necesidades humanas fundamentales. Es muchas cosas tanto emocional como psicológica como humanamente. Una persona en concreto podrá vivir su vida con su propia opinión sobre esto, pero si colectivamente se sigue el camino de negarla o imposibilitarla, lo que tendremos sería el desastre absoluto.
Formas de vivirla y llevarla ha habido muchas en la historia y en la actualidad, pero hoy en día vivimos una situación nueva: el sistema socioeconómico dominante, el capitalismo en su modo actual, cree haberse emancipado de la familia, su lógica solo la incluye como actor de consumo, pero ya no la considera como elemento de estabilidad, formación, enseñanza, sociabilidad, producción económica y reproducción.
Por el contrario, los lazos de sociabilidad, lealtad, visión de bien común y fraternidad que la familia favorece —claves en las culturas humanas— lel capitalismo los considera sospechosos. El «homo economicus» es un monstruo asocial, movido por egoismos paulovianos y la familia niega todo eso, pone en cuestión todo eso. La forma de vida acaba por determinar la conciencia en cierto grado, y la forma de vida actual no favorece en nada a las familias, crearlas, vivirlas, mantenerlas. La reacción de muchos es una vuelta a fanatismos o creencias del pasado, la de otros es negarla o incluso rechazarla, pero esto son en realiadad manifestaciones de ALIENACIÓN colectivas.
Sin familias la humanidad no sobrevivirá, nos empujan a un mundo inhumano y devastado, sin humanidad alguna. Afirmar que solo desde posiciones conservadoras se defiende la familia como parte fundamental de nuestra humanidad es un completo error. Si la izquierda tiene sentido, lo tuvo desde su inicio, era por lograr vencer lo que nos destruye y aliena y nos condena a vidas de explotación invivibles. Los derechos sociales se resumen en poder vivir nuestras vidas con humanidad y dignidad, con nuestros seres queridos, con trabajo, educación, cultura, pertenencia y amparo, en poder vivir y dar la vida y compartirla. El capitalismo es una fuerza inhumana que sacrifica lo que nos hace humanos y crea una caricatura de ello. Por eso siempre hemos considerado que la izquierda es una lucha y un compromiso por la dignidad humana, lo que tiene en la familia una parte sustancial.
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Posted on 2025/11/12
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