Manifiesto Al Servicio de la República (1975-2025) ASR

Posted on 2025/11/03

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Presentación del Manifiesto: Fundado en los días de la abdicación de Juan Carlos Borbón y a la luz y experiencia de cuanto sucedió, el Colectivo AL SERVICIO DE LA REPÚBLICA ha defendido siempre una acción de conjunto que permitiera tanto superar el R78, avanzar por la República y, sobre todo, dar respuesta política en todo momento a las necesidades reales del pueblo confrontando sin dudar con el poder corporativo y oligárquico que tiene a la monarquía por tapadera. Tales esfuerzos, no solo nuestros, no han impedido que se haya llegado a la difícil situación actual tanto en el plano nacional como internacional. Ante tal presente y desde la convicción profunda sobre la total falta de credibilidad de las fuerzas políticas que medran al amparo del R78, el colectivo lanza este MANIFIESTO. Quede claro desde estas palabras introductorias que el objetivo es la articulación política, pedimos apoyo a la línea que se expresa a cuantas personas o grupos coincidan en lo esencial: es necesario construir una alternativa a las actuales fuerzas y partidos que, sencillamente, no nos representan, ni tienen credibilidad y han demostrado sobradamente ser instrumentos sistémicos.

Pedro A. García Bilbao Elisa Crespo Muñoz Pedro Antelo

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Manifiesto Al Servicio de la República (1975-2025) ASR

El Colectivo Al Servicio de la República (ASR) se fundó durante la abdicación de JC Borbón y se formalizó como asociación en marzo de 2024.

ASR defiende la necesidad de dar una respuesta política a las necesidades del pueblo. En España esto significa superar el Régimen del 78, la estructura que limita la soberanía del país estableciendo un vínculo externo y supeditado a la UE y a la OTAN. Superar el R78 requiere confrontar el poder corporativo y oligárquico que tiene a la monarquía como clave de bóveda.

Entendemos la situación actual a través de dos marcos complementarios que se influyen mutuamente:

• A nivel internacional , un período de fuerte aceleración histórica ha decantado en el escenario que llaman “multipolar”. En él, España forma parte del bloque de la UE que, contra toda lógica, ha sacrificado energía e industria y se prepara ahora al rearme sin que sus ciudadanos puedan cambiar el rumbo de la Comisión. Esta ruta de colisión no puede ser desactivada sin control democrático, así que la opción para España es abandonar la UE.

• A nivel interno, la huída hacia delante de la crisis de 2008 puso la deuda pública como excusa para la degradación de los servicios públicos. Lo cierto es que los trabajadores fuimos obligados a asumir como propia una deuda que era de bancos y promotoras. Pagamos una inmensa redistribución de rentas hacia arriba con bajada de salarios, pensiones, subsidios de desempleo, inflación y degradación de la educación y la sanidad.

La redistribución de rentas hacia arriba sirve para que un capital en crisis se pueda revalorizar y tiene la cara B de que su crisis se convierte en deuda de todos. No al revés, que es la excusa que pretenden aplicar.

Comprobamos ahora los efectos previsibles de tales medidas, que son la base del caldo de cultivo necesario para que se extienda un “sentido común” supremacista que se ensaña con los más vulnerables y pone una cortina de humo señalando causas que no son.

Con este panorama delante, ASR plantea la articulación política desde la convicción de la total falta de credibilidad de las fuerzas políticas que medran al amparo del R78.

Lanzamos este MANIFIESTO y pedimos apoyo a la línea que expresa a todas las personas o grupos que coincidan en lo esencial: es necesario organizar una alternativa a las actuales fuerzas y partidos que, sencillamente, no nos representan en cuanto pueblo ni en cuanto trabajadores, no tienen credibilidad y han demostrado sobradamente ser instrumentos sistémicos de un capital en crisis y de un bloque político que se debe a él.

El Colectivo AL SERVICIO DE LA REPÚBLICA tiene por meta reconstruir el espacio republicano y de izquierda con el objetivo de superar el R78 y recuperar la República Española, tarea esta indisolublemente unida a la lucha política y social en la actualidad y a dar respuesta hoy a los graves problemas de nuestra realidad más acuciante como son la pérdida de derechos sociales y laborales, la precariedad creciente, la destrucción de lo público, la destrucción de nuestros valores e identidad colectiva, el destrozo ecológico, la confusión ideológica, el neoliberalismo rampante, el atlantismo, el belicismo. Han casi borrado la memoria de nuestras luchas históricas contra el fascismo y en defensa de la República y las de los trabajadores por sus derechos. Debemos tomar la iniciativa y reorganizarnos.

Somos beligerantes ante el neoliberalismo dominante, en todas sus variaciones políticas, económicas y culturales. En el caso español esta lucha implica además la necesidad de acabar con la impunidad del franquismo y con la alianza de las elites corporativas internacionales y fácticas españolas que hegemonizan la situación en España y han pactado, para así mejor prevaler, la entrega de nuestra soberanía e independencia nacional con las grandes potencias que ampararon en su día la dictadura.

Recuperar la República implica la ruptura con el modelo dominante en la Europa sometida al atlantismo y a las corporaciones y con la expresión en España de esos poderes plasmada entre nosotros como R78. Defendemos el legado histórico de la Segunda República y muy particularmente el ejemplo de dignidad nacional del Gobierno republicano del Exilio que perduró hasta 1977. La legalidad franquista (para nosotros, absolutamente ilegítima) está en el origen de la actual Monarquía, fueron dos referenda de la dictadura los que trajeron al Rey y consideramos que deben ser declarados nulos y sin efecto, lo que implica en consecuencia que consideramos tocada de forma definitiva la CE78, que ni el mismo R78 se molesta en cumplir. Este sistema no admite reforma. Reconstruir el sistema democrático implica recuperar la República. La memoria de donde venimos y de cómo se ha llegado hasta aquí es fundamental.

El R78 ha pervivido porque tiene muchos cómplices. El bipartidismo siempre ha sido cosa de más de dos. Tengámoslo claro.

En 1977, plegados a la geopolítica norteamericana de la guerra fría, partidos reconvertidos a ese orden como fue el PSOE de Suresnes, o un PCE carrillista por dinámicas que le eran propias a su campo, más las fuerzas del nacionalismo catalán o vasco, aceptaron finalmente la legalidad de la dictadura y pactar con sus élites un nuevo modelo basado en la impunidad total del franquismo, compraron así un poco de libertad a cambio de renunciar a la República. Al renunciar a la República, renunciaron a la España democrática y antifascista, a la España fraterna y plural que un día de abril marchó por las amplias avenidas y se atrevió a pensar que era dueña de su futuro. Nosotros no hemos renunciado nunca ni a España, ni a la República. Llamamos República a la lucha colectiva del pueblo y a su victoria, plasmada en un régimen que aúne derechos sociales y políticos estructuralmente, desde el corazón de su fibra constitucional.

No hay democracia alguna si no hay dignidad nacional, bases materiales para la libertad, derechos sociales y políticos en armonía en un contexto de predominio de la defensa del bien público. Pero sobre todo no puede haber sistema democrático sin INSTRUCCIÓN PÚBLICA, sin un sistema de educación pública en todos los niveles. Sin educación no hay futuro, fue una prioridad para la II República y lo sigue siendo hoy.

Trabajo y vivienda dignos, Educación Pública, Sanidad, Pensiones, la Economía y la riqueza de la Nación al servicio del bienestar público y la supervivencia del pueblo. Respeto a la historia y herencia de lucha y dignidad del pueblo español en defensa de sus libertades. Soberanía e independencia nacional. Son estos objetivos, principios y valores imprescindibles. Igualmente consideramos que la cuestión nacional en España solo puede y debe resolverse en diálogo tras la recuperación de la República como expresión de un triunfo compartido. Defendemos la República Española como estado integral, compatible con el reconocimiento de su pluralidad. El federalismo necesita de federalistas. Un federalismo sin república es volver a los Austrias y a eso no estamos dispuestos.

Defendemos la República Española como lo que fue y será, la expresión concreta de un triunfo colectivo de los pueblos de España. Una República fraterna, sin privilegios ni excepciones por razón o excusa alguna de raza, religión, idioma o clase, con derechos y obligaciones para todos, expresados equitativamente; solidaria en la escena internacional con todos los pueblos y defensora de la Paz como expresión del predominio del Derecho y la Carta de Naciones Unidas. Derecho Internacional y Carta que son expresión del ideal republicano en la sociedad internacional como siempre defendieron los republicanos españoles.

No puede haber otra política exterior si no hay otra política nacional. La política exterior es siempre manifestación concreta de los intereses de las clases dominantes en un estado. España hoy es un estado coincidente en su política exterior con los intereses atlantistas, plegado a las políticas oligárquicas de la Unión Europea, que ha amparado el golpe de estado de 2014 en Ucrania, callado ante la agresión contra los gaseoductos del Báltico, aliado firme en lo militar y económico con el estado de Israel y claudicante ante la intimidad entre la oligarquía española y la de Marruecos. Si el Estado español sigue esa línea en política exterior se debe a que la política nacional interior se lo consiente. Cambiar una implica un cambio de la otra.

El actual gobierno de coalición, como lo fueron todos los anteriores, es profundamente atlantista. Lo es en la práctica, en sus palabras y en su proceder, aunque los discursos confusos de algunos de los partidos que lo apoyan o forman parte del gobierno pretendan dar otra impresión. España como estado, y este gobierno, consienten el crimen de Gaza como consienten y hasta fomentan la destrucción y sacrificio de Ucrania en aras del interés geopolítico anglosajón.

Necesitamos otra política y otras organizaciones. La convicción y el número de los que se niegan a claudicar es importante, pero la ausencia de organizaciones alternativas a las que colaboran con el sistema impide que el caudal inmenso de hartazgo precipite y ahogue a los que hacen posible que el sistema prevalezca. Es la extrema derecha la que se beneficia electoralmente de la denuncia de contradicciones que una izquierda falsa ha renunciado a combatir. A una derecha de verdad no se la puede derrotar con una izquierda falsa que ha renunciado a todo y ha hecho suya la escoria ideológica neoliberal imperante en la UE.

Si por un lado grupos que se dicen de izquierda, con el más descarnado oportunismo, parasitan los anhelos de cambio, las luchas y la voluntad de resistir de millones de personas, por el otro toda la maquinaria del poder empuja para que surjan partidos y fuerzas reaccionarias de todo tipo en medio de una gran confusión. No se puede ceder.

Hay formas para saber con quien nos la jugamos. Si se cuestiona la lucha de clases, ya sabemos; si se desprecia y se ataca a la Segunda República, ya sabemos; si se acepta que ser mujer es una opinión, ya sabemos; si se dice que eso de la República no es prioritario y que divide, ya sabemos; si se dice que el atlantismo es un tema de segundo nivel, ya sabemos; si se calla sobre el papel del capital y el neoliberalismo en las migraciones y en el belicismo, ya sabemos; si no se toca la impunidad franquista, ya sabemos; si no se ponen en cuestión la estructura de poder e influencia y corrupción de los Bancos y los fondos de inversión, ya sabemos; si no se tiene claro que no se resolverá la vivienda sin confrontar con el capital, ya sabemos. Saber es posible si hay voluntad de confrontar la realidad. Pero como puede ocurrir que muchos tengan que descubrir que los suyos no son ya los suyos, no faltarán los que prefieran no saber nada. Este manifiesto no es para ellos.

No se trata de referir nada a nebulosos futuros. Hablamos de medidas concretas en orden laboral, monetario, derechos, salud, educación, medios de comunicación, bancos, sectores estratégicos. Se trata de confrontar. Son todo acciones que exigen cambiar la relación de fuerzas, algo que exige pedagogía, lucha ideológica, movilización, crear tejido social de lucha y resistencia pero sobre todo exige claridad, firmeza y voluntad de victoria. La lucha por los cambios sociales y políticos que se necesitan es la lucha por la República. Tengámoslo claro. No faltan llegados a este punto los que dicen que de nada sirve la lucha parlamentaria o la representación, que da igual. No es cierto. Lo que ocurre es que llevamos décadas con un sistema político trucado y con una representación vendida o incapaz, con una ausencia total de cuestionamiento serio del sistema, hemos vivido bajo el imperio del «mal menor» y con un sistema político y de partidos troquelado por el franquismo primero y por el sistema neoliberal después. Los republicanos españoles estamos fuera del sistema y el sistema desea a toda costa que no tengamos representación porque tienen miedo a la palabra y a la República. Y le tienen miedo porque temen al pueblo.

El consenso con los que han creado los problemas o los han vuelto irresolubles no sirve de nada. No nos sentimos representados por los que se han hartado de despreciar la lucha por la República o apoyan sin más a gobiernos atlantistas y antisociales. Se trata de lograr coordinar en la realidad de una lucha organizada a quienes vemos la situación con claridad y consideramos que el R78 y quienes medran a su amparo son parte del problema.

Si compartes estas cuestiones que aquí expresamos, te llamamos a contactar. Es preciso superar todo desánimo. Es mucho lo que puede hacerse desde la unidad de acción basada en la claridad, los principios y la firmeza. Estamos formando comités republicanos ASR, hay mucha tarea. No confiamos en los partidos existentes, pero sí en la organización clara, abierta y decidida para la intervención política. Somos republicanos, Creemos en el valor de la palabra y la acción. Si nos extendemos, si nos organizamos, si obtenemos representación y eso va unido a movilización e influencia social, la República será imparable.

Necesitamos el apoyo de quienes se vean reflejados en este manifiesto. Si es así y estás dispuesto a ayudar de alguna forma, contacta con nosotros. Puedes acudir a un acto, ayudar a organizarlo, avalar una candidatura, unirte al grupo, ayudar a formar un comité de apoyo. Ten por seguro que si un Manifiesto Republicano como este, que llama a la acción y es claro, contase con decenas o cientos de miles de apoyos, el impacto sería enorme. En esas estamos.

Al Servicio de la República.


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Posted in: Manifiestos