Gregory Mankiw es uno de los economistas más conocidos e influyentes hoy en día. Trabaja para la Universidad de Harvard, y fue presidente del consejo de asesores económicos de George Bush y asesor económico de Mitt Romney. Además tiene numerosas publicaciones académicas y su libro de texto de introducción a la economía se estudia en todas las universidades del mundo. Acaba de publicar un borrador de un trabajo académico llamado En defensa del 1%, erigiéndose en algo así como en un rompeolas de las oligarquías internacionales. En él se defiende que la diferencia de renta entre diferentes grupos sociales se debe a la diferencia de talento, de forma que las personas más “inteligentes” tienen más probabilidades de tener éxito económico y por tanto de pertenecer a ese 1%. Pero va aún más allá, defendiendo que estas diferencias pueden llegar a ser genéticas (11% concretamente). De esta forma, si tenemos la suerte de nacer en una familia del 1%, tendremos grandes posibilidades de continuar perteneciendo a ese estrato social, porque heredaremos la inteligencia de nuestros padres. Como suena.
Aún así, Greg Mankiw tiene que reconocer que el 1% ha incrementado la velocidad de enriquecimiento en las últimas décadas. Pero esto se debe, según este reputado economista, a la brecha salarial creciente entre trabajadores cualificados y no cualificados, de forma que ese 1% pertenece a la clase adinerada por estar más cualificado y ser más inteligentes e ingeniosos. Si en las últimas décadas el debate académico acerca de la desigualdad se centró en las diferencias educativas entre los trabajadores, la historia está empezando a cambiar. Para explicar lo que está pasando en la distribución de la renta, se necesita entender la generación de beneficios y quién posee el capital como apuntaba Krugman en su blog.
Mark Blyth en Austerity: the History of a dangerous idea nos cuenta cómo justo antes de que las bolsas y activos entraran en la burbuja de las “punto com” a finales de los 90, los inversores buscaron activos “no correlacionados”, esto es activos cuya evolución no estuviera relacionada con la evolución bursátil. Se dirigieron de forma masiva al sector inmobiliario para asegurar sus inversiones en bolsa, de forma que si el valor de éstas últimas caía sería compensado por las otras. En el proceso los precios en el sector inmobiliario incrementaron de manera espectacular, 70% en EEUU, y 170% en Irlanda por ejemplo. El sector inmobiliario se entendía no solo no correlacionado con la evolución de los valores bursátiles, sino no correlacionado dentro del sector mismo, de forma que el precio de las casas de una región no tenía por qué estar relacionado los precios en otra región.
Por si esto fuera poco, además se utilizó de forma masiva la colateralización, esto es, trocear los títulos y juntar pequeños trozos de hipotecas de Colorado, con pequeños trozos de hipotecas en el estado de Nebraska. De esta forma se pagaba a los que poseían estos títulos compuestos con diferentes tipos de interés en función del mayor o menor riesgo del tramo que hubieran suscrito. Parecía que efectivamente si ya de por sí los precios del sector inmobiliario no estaban correlacionados, trocearlos y mezclaros entre sí reduciría todavía más su correlación. A mediados de los años 2000, había escasez de este tipo de activos pues debido a los intereses que pagaban y a la supuesta seguridad que ofrecían, la demanda había sido muy grande. Para superar esta situación se empezaron a emitir cada vez más activos compuestos con los famosos NINJA (No Income, No Job and Assets), hipotecas colateralizadas con las ganancias de eBay, con las propinas de los camareros o simplemente con activos prefrabricados a escala masiva de forma incontrolada.
Las ganancias que se generaron durante este periodo por parte de los directivos, CEOs, de estas compañías fueron cifras récord. Por ejemplo en 2008 se estimó que las cinco mayores compañías financieras estadounidenses estaban pagando 39.000 millones de dólares en bonus en 2007 mientras algunas de ellas, como Merrill Lynch, perdían 7.800 millones. O el caso de AIG que recibió 180.000 millones de dólares en un plan de rescate, mientras por otro lado pretendía repartir 165 millones de dólares a los gestores de su departamento financiero con másproblemas. Parece entonces que lo que el eminente economista conservador apunta, no se cumple en el sector financiero, pues esas cifras récord se dieron en un sector que ha causado la mayor crisis de la historia del capitalismo con unos costes financieros y sociales incalculables.
En realidad trocear diferentes activos y unirlos en uno, lejos de reducir el riesgo lo aumenta porque aquellos activos cuya evolución no tenía relación, al juntarlos en un solo título, los correlaciona automáticamente. Si la retribución estuviera en relación con el talento, se esperaría que éste estuviera relacionado con el éxito. Sin embargo, dada la evolución del sector, este flagrante error de interpretación debería haberse traducido en salarios negativos, es decir, los CEOs de las empresas financieras hubieran tenido que pagar miles de millones por ello. El resultado es justamente el contrario, al sector financiero le han sido otorgados miles de millones para sanear sus errores. No hace falta ser Nóbel de economía para atisbar que la interpretación del eminente e influyente economista Mankiw no tiene nada que ver con la realidad, sino que más bien es un ejercicio de ideología al servicio de las oligarquías que están drenando recursos de la economía productiva y con ello generando paro, desigualdad y pobreza.
La transferencia de capital que se ha producido en los últimos 30 años hacia el sector financiero parece haberles concedido un poder desmesurado. Concretamente, en un trabajo del FMI (“Por un puñado de dólares”) se muestra cómo la industria financiera que más ha gastado en lobby, es precisamente aquella que más ha participado en el proceso de titulación bancaria, y la que ha tenido un crecimiento de sus carteras más rápido. Es más, se encuentra evidencia de que aquellas áreas donde más han actuado los lobbies, más tasas de delincuencia se han dado. Además la influencia política de la industria financiera ha contribuido a la crisis financiera mediante la permisividad en la acumulación de riesgo. El lobby o grupo de presión busca modificar la legislación en favor de su actividad productiva, pero es que justamente como señalan los autores del trabajo, entre 1999 y 2006 en EEUU “el 93% de todas las propuestas de ley que promocionaban una regulación más estricta nunca llegaron a convertirse en leyes”. Por ejemplo, el ejecutivo mejor pagado el año pasado, fue John H Hammergren, de la farmacéutica McKesson, que cobró 131 millones de dólares. Por otro lado, esta empresa gastó 2,418,977 de dólares en actividades relacionadas con el lobby.
Pero además Mankiw hace una selección políticamente interesada de los estudios acerca de las desigualdades. Dado que la actividad legislativa de los gobiernos está claramente influida por el poder de los grupos de presión, no parece descabellado pensar que ha contribuido a generar desigualdades mediante las modificaciones de la legislación laboral en favor del empresario, en contra de la negociación colectiva o erosionando los salarios mínimos, como afirma Hungerford. Tampoco hace referencia a lo que se ha dado en llamar “Winner-take-all politics” término acuñado por los politólogos Hacker y Pierson para ilustrar el hecho de que la creciente desigualdad nada tiene que ver con la “preparación” sino con factores políticos. Esto apoya la tesis de Dean Baker, en su libro The Conservative Nanny State donde se explica cómo los conservadores utilizan el estado para enriquecerse. Más que estar en favor del libre mercado, utilizan esta expresión para designar un régimen en el que la actividad legislativa está al servicio del enriquecimiento de la clase dirigente.
No, Greg Mankiw no hace economía, sino que utiliza sus conocimientos en este campo del saber humano en favor de una parte de la población, cosa por otro lado perfectamente respetable. Lo que no es de recibo es que se presente como algo aséptico, objetivo y económico. Sería deseable que se dejara de presentar la economía como una ciencia “natural” heredera del positivismo lógico del siglo XVIII, desinfectada de subjetividades e ideologías políticas, algo que incluso ha desaparecido en las ciencias exactas como la física o las matemáticas. Las diferentes ideas económicas tienen diferentes resultados en términos de distribución de renta y por tanto de poder. La economía ortodoxa, la neoclásica, de la que se deriva la ideología neoliberal, la que enseña Mankiw y todas las facultades de economía del mundo, está diseñada contra la mayor parte de la población. Es hora de dejar la economía y empezar la econoNuestra.
Descubre más desde Sociología crítica
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.









candidin
2013/06/29
Los buitres son insaciables Las pensiones privadas recomendadas por el gobernador del Banco de España están al alcance de pocos ciudadanos * * * enviar * imprimir * valorar * añade a tu blog * 0 Comentarios CÁNDIDO Marquesán Millán 29/06/2013 Edición en PDF Esta noticia pertenece a la edición en papel de El Periódico de Aragón. Para acceder a los contenidos de la hemeroteca debe ser usuario registrado de El Periódico de Aragón y tener una suscripción. >Pulsa aquí para ver archivo (pdf) Pende sobre nuestras cabezas una decisión política importantísima que, de no surgir con prontitud una fuerte concienciación con la consiguiente respuesta de la ciudadanía, nos afectará gravemente en el presente y en el futuro a millones de españoles: la reforma de las pensiones públicas. Sorprende la escasa preocupación que por esta cuestión muestran las encuestas de opinión y la pasividad de las asociaciones de jubilados. La primera fue en con el gobierno «socialista» de ZP, que retrasó gradualmente la edad de jubilación, y cambió de 15 a 25 años de cotización para calcular la pensión. Fue una reforma injusta y con trampa. Injusta porque el ajuste recayó sobre los trabajadores y la trampa fue el factor de sostenibilidad, que permitía su revisión cada 5 años para reducir más las pensiones futuras. Ahora viene la segunda, mucha más brutal y basada en un Informe elaborado por un Comité de 12 «Expertos», 8 vinculados a entidades financieras o empresas aseguradoras. Es claro que estas comisiones no son inocentes, ni plurales, ni equitativas. El comité se autocalifica independiente. Excusatio non petita, accusatio manifesta. Y en el caso que lo fuera, es un procedimiento antidemocrático, ya que no se pueden reformar las pensiones, partiendo del criterio de unos «expertos». Un justo proceder habría sido el contrario. Primero el acuerdo político y social en el que el Gobierno presenta sus propuestas y, después, los auxilios técnicos, si son necesarios. En esta nueva reforma, existe un factor de sostenibilidad, que sirve para cumplir el mandato del artículo 135, citado en 2 ocasiones en el informe, de la Constitución Española y el de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, según el cual todas las administraciones publicas, incluida la Seguridad Social, adecuaran sus actuaciones al principio de estabilidad presupuestaria. El art. 41 de la Constitución es ignorado: «Los poderes públicos mantendrán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la asistencia y las prestaciones sociales suficientes ante los estados de necesidad… Lo que quiere decir que el Estado está obligado, sea como sea, a encontrar los recursos suficientes. La sostenibilidad se basa en: el Factor de Revalorización Anual por el cual la actualización de las pensiones dependerá de la salud de las cuentas de la Seguridad Social, no de la evolución del IPC; y el Factor de Equidad Intergeneracional por el cual, un incremento en la esperanza de vida disminuye el valor de la pensión. Han ignorado las diferencias en la esperanza de vida entre sexos, las mujeres viven casi seis años más; y la influencia en la salud de la renta disponible. A mayor renta, mayor nivel de salud, de ahí mayor esperanza de vida. No vive los mismos años el minero que el propietario de la mina pero ambos cobrarán pensión del erario, sólo que el primero la disfrutará durante menos tiempo que el segundo. Con estas premisas se deberían establecer diferentes tipos de pensiones. José Luis Tortuero Plaza, miembro del comité a propuesta del PSOE que se abstuvo en la votación, considera que la reforma es apresurada e inoportuna en medio de una grave crisis económica con perdida de empleo, reducción de salarios y de pensiones. Santos M. Ruesga, el único miembro del Comité que votó en contra, destaca que cuando le convocaron a participar, pensó que era para definir y modular un factor de sostenibilidad para las pensiones relacionado con el ascenso de la esperanza de vida, contemplado en la Ley 27/2011. Para su sorpresa, desde el inicio del trabajo del comité observó que había un acuerdo tácito y mayoritario, por el que debíamos abordar otros aspectos relacionados con la sostenibilidad, en concreto aspectos económicos de la misma, y generar otro factor de sostenibilidad que revertiera también sobre el valor medio de las pensiones. Intuyó que el interés del Gobierno era tratar de dar cobertura «científica», a través del comité, a una reforma del sistema público de pensiones enfocada, no sólo, ni en primer lugar, a las sostenibilidad a largo plazo de sus finanzas, sino para alcanzar los objetivos de déficit público a corto plazo acordados con la Comisión Europea y el resto de la Troika. En suma, el recorte de pensiones era para reducir el gasto público. Considera que sin desequilibrios coyunturales de las cuentas de la SS son innecesarias nuevas reformas; el Fondo de Reserva puede hacer frente a tales desequilibrios hasta el año 2018, fecha que según el gobierno volverá el superávit en las finanzas de la SS. Por ende, los ajustes para alcanzar la estabilidad presupuestaria, alterada por la dinámica demográfica y la evolución económica, recomienda hacerlos por la vía de los ingresos, inyectando recursos al sistema desde el erario público para alcanzar el equilibrio en las finanzas de la SS. Así no se cargaría el ajuste de nuevo sobre las pensiones medias. Seguir reduciéndolas propicia los fondos privados de pensiones. Las pensiones privadas recomendadas por el gobernador del Banco de España, están al alcance de muy pocos ciudadanos. Para Moody’s las propuestas del Comité de «Expertos» son «positivas» para la solvencia de España. Los buitres son insaciables. Profesor de Instituto
________________________________
vallebaeza
2013/07/02
Reblogueó esto en Econo Marx 21.