El pucherazo de Don Manuel (I). O aquella elección a la Xunta de cuando entonces / Óscar Iglesias

Posted on 2024/06/23

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En 1989 la adulteración en Ourense de 1452 votos de la emigración, una saca de 5.000 que apareció tarde, pasos cambiados en la junta electoral y el trágala del PSdeG, sometido por Ferraz, cambiaron el destino de la autonomía y encumbraron como presidente a Fraga Iribarne. ¿Sabían ustedes algo de esto? ¿Galicia Mágica o la Historia como misterio? ¿Qué hacemos con el Régimen del 89 tras las elecciones, reforma o ruptura?

Está tan nervioso el PP de aquí, después de doce años planchados, que La Voz de Galicia tituló hace unos días como si gobernase la oposición: El BNG plantea suprimir las provincias, que están blindadas en la Constitución. Superbién, entonces. O eso cantan los Igmig en Ostiá! Descartada la “belleza de las ideas para ganarse la adhesión del pueblo”, recomendación de Franco en el XI Consejo Nacional de 1967, solamente ese reclamo daría para hablar de la negra provincia de Flaubert, o de la persistencia de la Restauración Borbónica en Galicia. Traducida esta a la eternidad de Manuel Fraga Iribarne, sugiere un lema de campaña mejor que cualquiera de los que diseña FAES para el candidato Rueda, ese hombre que nos habla de ETA y (casi igual) de Catalunya, cuando una ecografía puede tardar un año y casi un cuarto de los gallegos comen mierda: 85 años de paz.

Podría recordarse que para acometer una reforma del sistema electoral, según los artículos 56 y 57 del Estatuto de Autonomía, solo hacen falta dos tercios del Parlamento de Galicia, la aprobación en Cortes mediante ley orgánica y, de postre, un referéndum. Como es (parece) más probable que el mar de Vigo llegue a Ourense por fin, antes de que el PSOE gallego se ponga federalista, o que el BNG se atreva a desafiar el marco constitucional para picar la piedra de la división provincial de Javier de Burgos, joya bipartidista de María Castaña y María Cristina (1833), sería prudente remarcar que todo, incluidas las Españas, es un trabajo colectivo. Lo programático, tantas veces, no suele ser ejecutable, ni a corto ni a medio plazo.

Para compensar, en El País del 5 de febrero nos encontramos con Galicia en el país de las maravillas: “El PP de Galicia conquistó de forma raspada su primera mayoría absoluta en las elecciones autonómicas de diciembre de 1989, liderado por Manuel Fraga Iribarne”, arranca el historiador ourensano Xosé Manuel Núñez Seixas, Premio Nacional en 2019 por Suspiros de España. El nacionalismo español, 1808-2018.

En esta sutura, justo aquí, nominamos a Lord Acton y a Alfredo Conde. El primero, menos grafómano que el segundo, afirmó que lo que cuenta en la historia nunca es la objetividad imposible, sino el énfasis en lo esencial. Porque sin buscar lo esencial “no nos haremos idea del pasado ni del presente”, resume Michel Parenti en su prólogo de La historia como misterio.

El caso es que Conde, responsable de Cultura en el tripartito de Laxe (1987- 89; con los cuatro años del bipartito de 2005, ya tenemos los 7 años sin gobierno popularen Galicia desde 1977), apareció diez días antes de Navidad en un humilde faldón impar de La Voz Conoce bien el katechon ourensano, la última vez que pudimos leerle fue en el diario monárquico local: “Hoy, el legado galleguista de Fraga sólo tiene parangón en Ourense”. ¡Y tanto! Lo que dice en La Voz no sé si lo cuenta en su último libro, A propósito de Fraga, pero es esto: “El exconselleiro Alfredo Conde acusa a Felipe González de haber propiciado la victoria de Fraga en Galicia” (titular). Más en el interior: “Felipe no participó en la campaña y, unos meses después […] de que Fraga ya hubiese ocupado el poder, aparecieron unas sacas de correos con los votos de la emigración que le habrían dado el poder a Laxe. Y no pasó nada”.

El resultado es nada, como ya sabíamos. E quen nada non afonda (excusamos la traducción, gracias a la interdependencia de las lenguas románicas). Se empieza acariciando la historia y se acaba por rasparla politicamente, como si fuese cultura.

¿Dónde estábamos en 1989? Teniendo en cuenta que en estas autonómicas de 2024 el voto emigrante no va a ser rogado, y que en Ourense 251.968 personas estamos inscritas en el censo de residentes, y otras 103.382 en el Censo de Residentes Ausentes, antes de hablar de la democracia en Ourense y el museo demotanásico ourensano, en serio, vamos a esperar por el resultado electoral. En 1989 la URSS ganó su última medalla (bronce) en el Eurobasket. En 1988 había sido oro olímpico, y tres meses después tuvo lugar la multitudinaria huelga del 14-D: último baile de los sindicatos de clase antes del disciplinamiento monetario. Ese mismo año, de memoria, el periodista Javier Ortiz habló, por primera vez en España, de las “fábricas de consenso”. Emparentadas con las fábricas de ignorancia: señores empresarios reúnen a unos cuantos redactores-jefe de las principales cabeceras del país, para decirles cuáles son los temas de la temporada.

La cara de Fraga empapeló Galicia, como se sabe, desde 1981 con aquel Galego comati, revendido como “éxito de comunicación política” por tierra, mar y aire de sacristía. Pero el cuerpo del líder, mientras, lidiaba en Madrid con las tragaperras de la política (El libro negro de la corrupción política. Del Caso Flick al Caso Sanchís. Texto íntegro del Sumario Naseiro. Tiempo, ed. Zeta) y con la resaca de aquel fracaso de su Coalición Popular en la estrategia de“abstención activa” en el referéndum sobre la OTAN. De Ramiro de Maeztu a Cánovas, Fraga tenía ideales, no como Pío Cabanillas, el hombre al que sí le cabía el Estado en la cabeza. En este El pucherazo de Don Manuel (I) intentaremos escribir algo sobre la palestra permanente y el problema del realismo en Galicia: Gramsci, Schmitt y Fraga Iribarne –vide la paráfrasis en Carl Schmitt y el realismo en política (Nota del editor)–

Fuentes, por caridad.

Los veteranos de la política y la cultura conocen el pucherazo del 89 en la provincia sin mar. Se enfrentaron a él como kitsch epocal, poco más que el enésimo carretaxe de votos, pero son conscientes de la diferencia. Unos hablan, otros no. Para la mayoría de la gente, imposible saberlo. Como único testigo, el poeta Xabier Cordal, quien escribiría los tres mejores textos que hayamos leído sobre por qué perdió el bipartito y ganó Feijoo. Esto no es periodismo literario: véase Catarse 2 O PSOE

Y luego está el único trabajo científico que conocemos sobre el pucherazo de Don Manuel (ojalá haya más, adjuntamos email para politólogos), a cargo del historiador y exoperario de cámara de la TVG Lito García Lago: las 16 jugosas páginas de Unha maioría baixo sospeita, último capítulo de Pasou o que pasou (Doce estampas dos oitenta (Morgante, 2021): Todos los números del hecho histórico, y las morcillas seleccionadas de unas 40 entrevistas personales, están en ese libro, con el apoyo americano de Anxo Lugilde en O voto emigrante. A zona escurada democracia española (Galaxia 2007). El autor trabajó con pies de lana, alertado primero por la hemeroteca, e impresionado después por lo que fue descubriendo. Nadie le llamó, silence is sexy.

Se nos olvidaba El trabajo de Fraga, editorial de El País del 18-12-1989. Nos sugieren que pudo haberlo escrito Cebrián perfectamente, con Felipe González al teléfono, pues la pluma de Javier Pradera no transparenta:

“La victoria conservadora se produce sin ningún género de paliativos […] Desde luego, los conservadores jugaban en campo doblemente propio: sociológicamente, Galicia sigue otorgándoles la prioridad en su orden de preferencias políticas, y personalmente Fraga competía en su tierra natal, que conoce palmo a palmo […] efectivamente, el viejo León de Perbes […] El resultado de Galicia tiene las virtudes de un premio de consolación simbólico y de un reconocimiento histórico para Fraga, un hombre que tan bien simboliza a todos aquellos que, habiendo servido al régimen anterior, supieron, sin embargo, colaborar lealmente en la construcción y consolidación de la nueva democracia española”.

Si quieren saber más sobre el fino trabajo de la sala de lo contencioso- administrativo de la Audiencia Territorial constituida en Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, presidida por el magistrado Ramón Santiago Valencia, con el juez José María Arrojo como ponente, lean a Lito García Lago: han pasado 35 años. Antes del escrutinio del voto emigrante, en las trece mesas impugnadas por la junta electoral provincial de Ourense, según los letrados, no se produjo alteración maliciosa de los resultados, solamente “meros errores de transcripción” entre los distintos sobres. El hecho de que en algunas mesas hubiese más votos que votantes se consideró “irrelevante”. Al BNG no se le permitió hacer ni una pregunta en esa fase de prueba.

1.452 votos de América y un destino.

En las elecciones generales de octubre de 1989, si observamos exclusivamente el voto de los residentes ausentes, el PSOE obtuvo el 49’07%, frente al 30’18% del PP. Tan solo dos meses después, en las autonómicas del 17 de diciembre que nos interesan, el CERA ofrece una anomalía inexplicable, ni con estadística ni con sociología: gana el PSOE en A Coruña, Pontevedra e incluso en Lugo, por poco más de 40 papeletas. La sorpresa, en Ourense, es esta: de un total de 1.452 sufragios, nada menos que 920 van a caer en el cesto de la coalición PP-Centristas de Galicia (63,36%), por solo 369 del PSOE (25%). El cante es todavía más grande si acudimos a la secuencia histórica de resultados en las cuatro provincias: entre las generales del 89 y las de 2000: nunca hubo más de diez puntos porcentuales de diferencia… A excepción de las autonómicas de 1989, con 33 puntos más en Ourense (duplicando también el voto con respecto a las otras tres provincias). “No me manden más papeletas, mi padre ya murió”, esta nota se la encontraron grapada a un voto. Quién se acuerda si computó.

Las sacas de Laxe.

Habla Xosé Nogueira (exPSOE), entrevistado por García Lago en 2013: “En el momento del recuento estábamos tranquilos, sabíamos que el voto emigrante apoya siempre al que gobierna en Madrid y que los resultados son los mismos en las cuatro provincias, no hay excepciones. El que gana en una provincia, gana en el resto. Por eso nos quedamos de piedra cuando el PP gana justo en la provincia en la que tenía que hacerlo […] A la hora del recuento calculamos que faltaban unos 5.000 votos en Ourense, sabíamos que habían pasado por Barajas. ¿Dónde estaban? Dos meses después el gobernador civil descubrió las sacas en un despacho de correos de Ourense. Ya no se abrieron, no sabíamos lo que había en ellas, pero lo normal es que allí estuviesen los votos que nos faltaban”.

Alfredo Conde dice que Felipe González no estuvo en Ourense en 1989, pero en realidad sí. En su único mitin, deslizó “que a lo mejor no se iba a presentar a la reelección. ¡Pues vaya ayuda!”. “Si los tres pies del banco están roídos, ninguna victoria es posible”, concluye Xabier Cordal, (el autor de Resistencia del agua), en su columna citada sobre los hechos de Navidad de 1989 (Catarse 2 O PSOE).

Magia y ciencias culturales.

¿Cómo se relata (y acata) el hecho que disciplina políticamente Galicia, además de reagrupar en 1989 a la derecha española, 35 años después? ¿Qué hibridaciones metodológicas elegimos, qué clase de humor cervantino (gallego) y eslavo, que permita omitir traición de España y de los partidos sucursalistas? ¿Seguirá siendo Galicia un “país ahistórico”, como repetía Cunqueiro en 1978, en la estela de la Irmandade Nazonalista Galega de Vicente Risco circa 1922?

Hay mucha inversión cultural en esta Galicia Mágica, sustracción de imaginarios en la que buena parte del galleguismo doméstico con anclaje institucional colaboró con Don Manuel, creador nato de nuevas instituciones. Ese pacto no escrito nos hirió a todos. Sus efectos sobre la cultura gallega están a la vista, y además se alimentó desde aquí la tesis del asesino de Vitoria como inventor de España, después de haber escogido él la iconografía galaica del Spain is different. Como “otro piñeirismo era y debió ser posible”, según nos recordó aladamente Gustavo Sanromán, para hablar de Ramón Piñeiro, y de la paz cultural en Galicia, vamos a esperar al 18J.

El sistema político español: Historia, instituciones, dinámicas
Álvaro Xosé López Mira
Universidade de Vigo, Servizo de Publicacións, 2023

¿Es posible acabar con el Régimen del 89 en Galicia sin nombrarlo una sola vez, capeando una vez más los triles del sistema electoral gallego, con el amparo de las estrategias psicohistóricas inscritas en El miedo al «cambio incontrolable» la hora fallida de Fraga durante la Transición española de Sánchez-Prieto y Guillermo Zafra? Ha aprendido más de la época autonomista de Fraga el BNG que el PP, al parecer.

[Lean, por favor, a Álvaro Xosé López Mira para la cosita del sistema electoral en Galicia y en España, los Estatutos posibles y la Galicia irredenta. Acaba de publicar El sistema político español: historia, instituciones y dinámica (Uvigo)]

Porqué va a perder el PP.

Más nos vale zafar el domingo. Esta información de David Reinero ( Vide: A Xunta mantén en segredo un informe das materias primas críticas que hai en Galicia por temor a «movementos especulativos») en Praza Pública es de 2016, cuando aún nos gobernaba el barón «moderado» Núñez Feijoo (próximamente en El pucherazo de Don Manuel 2). Necropolítica y retrato sin adjetivos de los colonizadores, antes del despiece y reparto de Galicia a través de los fondos NextGeneration.

Y ni siquiera sabemos si Strategic Minerals está jugando con nuestros sentimientos, total para abaratar el coltán del Congo africano. ¿Somos o no somos Sur Global? (Vide: Clamor por Penouta: «Estamos orgullosos de traballar na única mina de coltán de toda Europa» Rubén Novoa La voz de Galicia 31/10/23)

¿Por qué debería perder el PP de Madrid, independientemente de lo que ya sabemos que hace falta para que eso suceda, del tocomocho del sistema electoral y de la Galicia Mágica? Porque gracias a dios Galicia es conservadora, y alguien pensó, erróneamente, que ya estábamos en el horno con papas. Por despreciar la inteligencia de sus propios clientes/electores, con muchos de los cuales compartimos espacio, y por habernos regalado la posibilidad de un reensamblaje social ante este devenir territoriode sacrificio. Con respeto para algunos agentes dobles y para las bestas, pues las bestias de As bestas, la película, son softcore. Una pedagogía viva, sin comer flores, que ha resucitado la cultura de la protesta contra la metafísica caníbal del Poder: “Si ganan estos tíos, estamos perdidos”. Y que te lo digan rentistas populares, o exlegionarios de VOX y del Celta que solo hablan en gallego. Algo cambió. La polisemia de safar no tiene igual en castellano.

Lo de Orense.

Caixa Ourense (1933-1999)
Félix García Yáñez
Editorial: Alternativas Económicas 
274 páginas. 
Precio: 15 euros

No nos olvidamos del historiador valdeorrés Félix García Yáñez, en el único ateneo republicano de Ourense que no financia la Diputación (casi escribo “el franquismo”): en 2018 publicó la primera historia sobre la última caja de ahorros de fundación republicana, la Caja de Ahorros Provincial de Orense, nos referimos a Caixa Ourense (1933-1999) Sete décadas de aforro popular provincial. (García Yañez, Félix; 2018; Ed. Alternativas económicas). En el capítulo Crise e intervención se exhuman, casi medio siglo después, las oscuras actas gallegas del Banco de España: un desfalco milmillonario en los años 70, ¿les recuerda a algo de lo que apenas se ha hablado en campaña? Hubo que editarlo en Barcelona, gracias a Pere Rusiñol y Andreu Missé, y todavía fue (re)presentado en Ourense hace unos meses. No se adjunta información de la prensa monárquica local ni de la otra, al no haberla. Solo se interesó Moncho Ermida en NósDiario: As caixas galegas, unha historia de espolio, drenaxe do aforro e corrupción (Xacobé Ferreiro, Nós DiarioGal. 23/11/23). En los 70, eso sí, algo salió en el hermoso satírico-político francés Le Canard Enchainè, como quien dice en La Zarpa. Con el título Lo de Orense.

Organizar nosumar.

A sabiendas de que la cuestión nunca fue sumar, sino organizar (la suma viene sola si no hay usura, no se organiza el amor), ahí van dos mantras para la ansiedad electoral:

  1. La mayoría del Partido Popular en Galicia no es natural. Descansa sobre un manto de sangre y purín.

En realidad, megatones de purín que envenenan el agua y el sentido de la provincia que vota mal. ¿Han escuchado la palabra “Coren” durante la campaña? Pues eso. Ya verán cuando conozcan a Franqueira, el hombre del campo, en el epígrafe Tierra.

  1. Nada es más triste que un felipista gallego
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