Un escrache es una acción pública que busca avergonzar a quien comete acciones indignas, en la que se le reprochan cuestiones que, siendo ciertas no son consideradas ilegales por mucho que sean moralmente cuestionables. Un escrache en sentido estricto es algo que se le hace a un asesino impune, a un torturador, a alguien que protegido por la impunidad de un estado cómplice, intenta pasar desapercibido. Es una acción pública ante una persona que ha cometido crímenes infames de los que sale impune por las complicidades con el estado. El escrache vuelve visible la injusticia y obliga a resolverla a las autoridades.
Un escrache denuncia en realidad al estado o a las estructuras clandestinas de éste que han impuesto su ley de impunidad sobre el sujeto denunciado y en ese sentido implica riesgos muy serios, o puede significarlos a quienes lo hacen. Es lo opuesto al cinismo y la maldicencia, a las calumnias o a los engaños, pues es una acción pública que busca abrir un debate sobre hechos concretos, como por ejemplo la responsabilidad negligente de quien toma decisiones que afectan a otras personas; es un recordatorio de que detrás de las acciones frías de un gobernante, servidor publico o empresario, puede haber perjudicados cuyas voces se olvidan.
El escrache surge cuando están bloqueados los procedimientos legales o públicos para protestar o emplazar a la persona con su responsabilidad. Un escrache aparece cuando es imposible actuar de otra forma, cuando la impunidad es ley o cuando el conocimiento público de un abuso obligaría a las autoridades a hacer cumplir la ley.
El escrache es la forma extrema de hacer ver el escándalo público por un hecho considerado indecente o indigno. Los escraches se realizaron en Argentina contra los asesinos y torturadores de la dictadura que vivían normalmente sin que en su entorno diario se supiera quienes eran. Los escraches pusieron de manifiesto la impunidad de sus crímenes y obligaron a las autoridades democráticas a afrontar la necesidad de poner fin a la impunidad. Si un afectado por un escrache esta dispuesto a defender públicamente sus acciones criticadas nada ha de temer, sólo es incómodo cuando la acción, por muy legal que sea, es vergonzosa a los propios ojos de quien la hizo y teme el escándalo público.
Esta conexión entre impunidad y ocultamiento que intentamos caracterizar, en un marco público en el que la publicidad del hecho ocultado podría provocar una actuación de la Justicia o un cambio legal como resultado de la presión de la opinión pública en un estado democrático, es lo que identifica un escrache strictu sensu, respecto de otras formas de protesta o presión que impliquen presencia en la calles para entorpecer o dificultar la vida cotidiana o el transcurrir diario de una persona concreta, acciones que pueden ser consideradas como acoso. Un escrache implica presión y tiene elementos formales del acoso, pero no es un acoso propiamente dicho, sino una denuncia pública cuando toda acción legal ha fracasado o ha eludido su responsabilidad.
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Posted on 2016/05/14
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